Buda es la zona de la capital húngara con más encanto y autenticidad, lejos del bullicio de una gran urbe y que aún conserva la magia de un coqueto pueblo. ¿Qué ver en Buda en un día? ¿Nos acompañas?
Comenzamos la mañana saliendo de la boca de metro de Szent Gellért, frente al famoso balneario que lleva el mismo nombre. Junto con el Széchenyi, el Gellért es uno de los balnearios más conocidos de Budapest. Aunque nosotros elegimos disfrutar del primero.

Enclavada en una roca, encontraremos una iglesia que ya el día anterior en Pest, y desde el otro lado del Puente de la Libertad, me había llamado la atención. La Iglesia Rupestre es el resultado de la acción de las aguas termales en el monte Gellért, cuyas salas son una suerte de capillas naturales. En ella se puede ver una reproducción de la Virgen Negra de Czestochowa (Polonia) y una bonita pintura de San Kolbe, un monje polaco que dio su vida para proteger a prisioneros del Campo de Concentración de Auschwitz.


Inicialmente la Iglesia de la Cueva estaba dedicada a San Iván, un monje hermitaño que curaba enfermos con las aguas termales de un manantial de su interior. La Iglesia como tal se creó en 1926, fue inspirada en el santuario de Lourdes, aunque a mí también me recuerda a la de Covadonga en Asturias… Durante los años de régimen comunista en Hungría, su entrada fue tapiada, hasta su reapertura en 1991. Actualmente podemos visitarla gratis (sin audioguía) todos los días (nosotros estuvimos en domingo) de entre las 9:30h a 19:30h.

Parece ser que hay todo un entramado de túneles que conectan esta iglesia con otras partes de la Colina Géllert, incluso con el Castillo. Y es que Budapest, amantes de la espeleología, está llena de cuevas subterráneas para explorar.
Desde aquí iniciamos una subida a la cima de la colina, un paseo, que aunque costoso, nos regala estas vistas que hacen más llevadero el esfuerzo…

En lo alto se erige desde 1947 la “Estatua de la Libertad” o “Monumento de la Liberación“, memoria de la conquista soviética de Hungría durante la Segunda Guerra Mundial. Dos estatuas más pequeñas están alrededor de la base, pero el monumento original, en un principio, constaba de dos más que, desde entonces, se han retirado del lugar y se trasladaron a Memento Park.

En la explanada, los trileros hacen su agosto a cuenta de los incautos turistas. No os confiéis, os engañarán seguro. Consejo: prohibido sentarse a mirar cómo “trabajan”.

La cima del Monte Gellért es el punto más alto de todo Budapest, desde el que se divisan las mejores vistas de la ciudad. Por ello, este lugar fue elegido por los Habsburgo en 1851 para construir una fortaleza y así demostrar su poder sobre el pueblo húngaro. Con la paz, la ciudadela fue parcialmente destruida como símbolo de la misma. Hoy es una atracción turística con negocios para el ocio.

Bajamos serpenteando un sendero hacia orillas del Danubio hasta llegar al monumento a Szent Gellért, San Gerardo en español, un santo muy venerado en Hungría. Esta estatua de bronce que parece bendecir la ciudad, se sitúa en el mismo lugar de su martirio. Frente a él se sitúa el Puente de Elisabeth y a la derecha, el balneario Rudas.

Continuamos hacia el Castillo de Buda caminando a orillas del Danubio, y a nuestro paso encontraremos un mercadillo de Pascua.
Para subir al Castillo tenemos tres opciones: a pie, en el funicular que hay frente al Puente de las Cadenas, o en las escaleras mecánicas.

Desde las escalderas mecánicas accedemos directamente al Castillo de Buda, en la cima de la colina que lleva el mismo nombre.
El Castillo, también conocido como Palacio Real, por haber sido residencia de la monarquía húngara, alberga la Biblioteca Széchenyi, la Galería Nacional Húngara y el Museo de Historia de Budapest. Es gratis, lo que hay que pagar es la entrada a los museos, habitualmente con horario de 10:00 a 18:00h, excepto los lunes que están cerrados.


En la explanada oeste del Castillo encontraremos la Fuente de Matías, conjunto neo barroco que hace honor al Rey Matías I de Hungría.
Una visita curiosa sería el Laberinto del castillo de Buda: Se accede por el número 9 de la calle Uri Utca, Visita diurna: 9:30h-19:30h. Se recomienda la visita entre las 18:00h y 19:30h. Desde esta hora las luces se apagan completamente y la visita se hace con una lámpara de aceite… Uff! ¡¡Qué Miedooo!! Nosotros al final no nos animamos, pero quién sabe si en otra visita a la ciudad…
El barrio del Castillo tiene un encanto especial, rodeado de casitas que recuerdan el medievo. Aquí hacemos un alto en el camino para reponer fuerzas y comer en un bistró self- service.

Muy cerca está la Casa de Houdini, el famoso ilusionista de Budapest. No es una visita imprescindible, de hecho nosotros no entramos, pero si os gusta la magia y/o viajáis con niños, puede resultar interesante, ya que, tras una pequeña visita guiada por el Museo, cada media hora ofrecen un espectáculo de magia. Está abierto a diario de 10:00h a 19:00h y su precio son 1800 Huf (6 euros) para adultos y 1350 Huf (4,5 euros) para niños. ¿Más información? www.hausofhoudinibudapest.com
- Casa de Houdini en Buda
Y por fin… Oh!!! Llegamos a la plaza en la que se encuentra la bellísima Iglesia católica de Nuestra Señora (Virgen María patrona de Hungría), llamada también “Iglesia de Matías“, apodo que recibió por el rey húngaro Matías Corvino, quien hacia 1470 restauró y reformó la iglesia. Ésta fue testigo de bodas reales, así como también en ella eran coronados los monarcas húngaros, de ahí que encontremos una réplica de la corona.
Mirad que hemos visto iglesias en Roma, y cada cual más bonita… Pues ésta no es para menos, impresiona de verdad… No podía dejar de mirarla, ni por dentro ni por fuera…
Para visitar la Iglesia de Matías hay dos tipos de tickets de 1500 Huf cada uno (4,86 euros): uno para el interior de la iglesia y otro para subir al torreón.
¿Horario? Pues depende. El genérico es de 9:00h a 17:00 de lunes a viernes, pero en fin de semana varía, así que el sábado puede ser de 9:00h a 12:00h y domingo de 13:00h a 17:00h.
El balcón al Danubio es el Bastión de los Pescadores, una terraza de estilo gótico y neorrománico que permite contemplar Pest en todo su esplendor, y desde donde podemos obtener las mejores instantáneas del Parlamento.


Su construcción data de principios del XX y sus siete torres simbolizan las siete tribus fundadoras de Hungría.
Su visita es gratuita a no ser que quieras subir las escaleras que dan a las torres, entonces sí que tendrás que sacar un ticket de 800 Huf (2,59 euros).
Recibe su nombre porque se encuentra en la parte de la muralla cuya defensa era llevada a cabo por el Gremio de los Pescadores.

En la fortaleza también se encuentra una estatua ecuestre de Esteban I.

Y por fin, llegamos a una visita curiosa a la que le teníamos muchas ganas: Hospital en la Roca: (Lovas út 4/C ). Se trata de un “establecimiento”de unos 2300 m² creado en unas grutas bajo del barrio del Castillo de Buda que fue utilizado como hospital para los heridos en la II Guerra Mundial, posteriormente también se usó en la época de la Revolución Húngara de 1956, y tras ella, siguió manteniéndose en secreto durante la guerra fría como búnker de protección ante un posible ataque nuclear, que afortunadamente no llegó.
El tour es en inglés y suele durar una hora. Precio 4000Ft (13 euros) abierto de 10:00- 20:00h a diario. ¿Descuentos? con el carné de profesor (a Emilio le valió una foto de sus alumnos ¿…?), también con los tickets del Bastión de Pescadores te dan un vale de un 10% de descuento para la visita del hospital.

La recreación está muy lograda con sus muñecos de cera que simulan enfermos y personal sanitario. Tampoco falta detalle en cuanto a instrumental… Impresionante ver cómo habían conseguido canalizar el agua y electricidad para abastecer este recinto y que funcionase en perfectas condiciones…

Durante la visita no dejan hacer fotos, pero bueno… Siempre consigo hacer algún robado con el móvil…Je,je…
En la entrada tenemos una tienda de recuerdos con curiosos objetos, máscaras de gas y demás artilujios bélicos…

Y bueno, ya va anocheciendo y abandonamos el encantador barrio de Buda a pie atravesando el Puente Elisabeth…
Aún quedan unas horas para disfrutar de la noche y conocer los bares ruina de Pest ¿Nos acompañas?